Reina del Universo
Uno de los títulos que reconocemos en la Santísima Virgen es el de
-Reina del Universo-.
¿Por qué le pertenece a la Virgen María la dignidad real de ser Reina del Universo?
La Virgen María es Reina del universo
-porque ha sido plenamente glorificada por Dios.
-y porque está perfectamente configurada con su Hijo Jesucristo que es Rey de los siglos.
Dice el libro de la introducción de las misas de la Virgen María “La dignidad real de santa
María Virgen pertenece al misterio de su plena glorificación y perfecta configuración con su Hijo
Jesucristo que es Rey de todos los siglos. Por eso enseña el concilio Vaticano II “La Virgen
Inmaculada terminado el decurso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del
cielo y ensalzada como Reina del universo, para que se asemejara más a su Hijo, Señor de
señores, vencedor del pecado y de la muerte” (1)
¿Cómo es este reino de Santa María? Así como el reino de Cristo “no es de este mundo”,
así también la potestad regia (autoridad y majestad) de la Virgen no pertenece al orden de
la naturaleza sino al de la gracia.
Son cuatro los elementos o razones –en el orden de la gracia- que nos explican su
dignidad de Reina gloriosa.
-su profunda humildad.
-su función maternal.
-su humilde y poderosa intercesión.
-porque Ella en el cielo está anticipando la futura gloria de la Iglesia.
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-Santa María Virgen es Reina gloriosa, porque en la tierra fue humilde esclava. Como bien dice Jesús “el que se humilla será enaltecido” (2). Dios Padre, quiso que su Hijo fuera humillado hasta la muerte, y luego al resucitar y ascender a los cielos, lo coronó de gloria y lo sentó a su derecha; de la misma manera exaltó a la Virgen su humilde esclava sobre los coros de los ángeles. La que en la tierra fue más humillada, merece mayor reconocimiento de Dios para ser la más
enaltecida y glorificada en el cielo.
-Santa María Virgen tiene la dignidad de Reina Madre, porque dio a luz al Rey Mesías esperado, que se sienta “sobre el trono de David y sobre su reino” (3). y por beneplácito (4) de Dios es también Madre nuestra, la Iglesia confiesa: “Dios todopoderoso que nos ha dado como Madre y como Reina a la Madre de tu unigénito”. Por lo tanto todos los cristianos espiritualmente tenemos a María no solo por verdadera Madre sino también como a nuestra única y verdadera Reina.
-Santa María Virgen es Reina Suplicante, Ella al estar exaltada sobre los coros de los ángeles, reina gloriosa con su Hijo, intercediendo por todos los hombres, como abogada de la gracia y reina del universo; en la oración colecta de la Misa el sacerdote reza “Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos (5). Esto quiere decir que nosotros miserables pecadores tenemos en el cielo en “María santísima una magnífica Reina, que está de pie, a la derecha de Cristo, enjoyada con oro, vestida de perlas y bordados intercediendo como abogada de la gracia a favor nuestro. (6).
-Santa María Virgen es Reina que anticipa la gloria futura de la Iglesia, “pues lo que se ha realizado en Ella, miembro supereminente, se realizará también en todos los demás miembros del cuerpo místico. Por eso la Iglesia pide adecuadamente la intercesión de la santísima Virgen María para que sus miembros alcancen la gloria de su Hijo en el reino de los cielos”. (7) Por esta razón tenemos que perseverar firmes en medio de las contrariedades de la vida, y decir con San Pablo “Estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros” (8) Que mejor anhelo que el del Santo cura de Arz, San Juan María Vianey, quien estando enfermo a punto de morir, en los momentos de lucidez exclamaba ¡Ya pronto los veré! ¡Ya pronto los veré! ¡Ya pronto veré a María y a Jesús en el cielo por toda la eternidad!
A la luz de lo dicho
¿Cómo no llenarnos de alegría y reconocimiento si en el cielo tenemos a tan grandiosa Virgen que es Reina del universo?
-Nuestra Santísima Madre anticipa en cuerpo y alma la futura gloria de los creyentes en Cristo.
-Ella es para nuestro bien, ante la presencia de Dios, la omnipotencia suplicante.
-A nosotros nos corresponde, con la ayuda de la gracia de Dios imitarla en su vida de fe, y por a amor a Ella cultivar variedad de virtudes, en especial la virtud de la humildad.
-Termino con esta enseñanza del apóstol San Pablo “Hermanos: que vuestra caridad no sea una farsa; aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados; en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres: estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración, compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis. Con los que ríen, estad alegres; con los que lloran, llorad. Tened igualdad de trato unos con otros: no tengáis grandes pretensiones, sino poneos al nivel de la gente humilde”. (9)
¡Animo, valor y gran consuelo!
¡Que el avemaría que resuena en el santo cielo resuene una y mil veces en el templo espiritual de nuestras almas!
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25 de agosto 2012 P. Héctor Luna, IVE. Esclavo de María
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Nº 1 Misas de la Virgen María Leccionario I, 29 // Nº 2 Lc 14, 11) // Nº 3 Is 9,6 // Nº 4 beneplácito = aprobación = aceptación = complacencia) // Nº 5 Misas
de la Virgen María Leccionario I, 29 Oración colecta // Nº 6 Leccionario I Antífona de entrada Misa 29 Sal 44 (45), 10,14) // nº 7 Misas de la Virgen María
Leccionario I // nº 8 Rom 8, 18 // nº 9 Rm 12, 9-16).